Autores: Pedro Martín Páez Bimos y Miguel Toscano
- Causas y antecedentes
La masacre de Aztra, nombre con el que se conoce a un suceso por parte de la dictadura militar de Ecuador de los años 70 de carácter represivo frente a la huelga en las instalaciones del ingenio Azucarero Aztra de la Troncal[1], debido a que los obreros solicitaban el cumplimiento del III Contrato Colectivo firmado entre la empresa y los trabajadores, que estalló el 18 de octubre de 1977 debido a que la policía procedió a desalojar por la fuerza a las personas amotinadas dentro de las instalaciones del Ingenio. Lo que dejó como saldo 24 personas muertas (versión oficial) y varios desaparecidos.
En el ámbito político el Ecuador se encontraba siendo gobernado por un modelo dictatorial militar el cual estaba dirigido por el Consejo Supremo de Gobierno un triunvirato integrado por el Valm. Alfredo Poveda Burbano, el Gral. de Brigada Guillermo Durán Arcentales; y, el Brigadier Gral. Luis Leoro Franco[2]. Es decir, tenía todos los poderes y competencias del Estado, y estuvieron ejerciendo sus políticas dictatoriales durante el año 1977.
Era común, en ese entonces, que la explotación laboral sea la regla, por lo que muchos de los trabajadores de las extensas plantaciones agrícolas vivan con sus familias y realicen todas sus actividades en las propias industrias, sufriendo no solo un tipo de “esclavitud laboral” con rasgos hacendatarios semifeudales.
- ¿Cómo se sucedieron los hechos?
Lo hechos de la masacre de los trabajadores del ingenio azucarero de AZTRA en la Troncal, provincia de Cañar, se dio en la tarde del martes 18 de octubre de 1977 luego que, las diferentes organizaciones sindicales, especialmente la Asociación de Trabajadores Agrícolas (ATA) toman las instalaciones del ingenio Aztra y amparados en el Art. 459 del Código del Trabajo de 1971 mediante una huelga exigen el pago del 20% adicional de las ganancias por el incremento del quintal de azúcar de 220 a 300 sucres, medida adoptada por el gobierno militar que tuvo el beneplácito de los empresarios agrícolas Noboa, Valdez y Ponce Luque.
El Gerente General del ingenio AZTRA, Coronel(r) Jesús Reyes Quintanilla, tomó contacto con las autoridades del Trabajo, la Corporación Financiera Nacional y, el Consejo Supremo de Gobierno quienes dispusieron al Comandante de General de Policía, Alberto Villamarín Ortiz proceder con el desalojo inmediato de los trabajadores en huelga. Sin embargo, a las 5 de la tarde los agentes de la policía que arribaron de Babahoyo al destacamento de las Peñas en la Troncal, compuesto por 100 policías fuertemente armados al mando del Mayor Eduardo Diaz Galarza y Mayor Lenin Cruz quien ya estaba custodiando las instalaciones previamente, que como se señala por fuentes históricas[3]:
“Las fuerzas represivas estaban dispuestas y en seguida se ejecutó la masacre. Un tal Teniente Viteri, megáfono en mano, les concedió dos minutos para que los trabajadores, mujeres y niños abandonen el lugar. El único sitio de escapatoria constituía una pequeña puerta, que bien podría compararse con una puerta de dormitorio…Por ahí debían salir 2000 personas… y en dos minutos. Los trabajadores replicaron con vivas a la huelga y se aprestaron a resistir con sus machetes, pero los policías armados con lanzabombas, metralletas, fusiles, bombas de mano y garrotes, arremetieron brutalmente.
Con alevosía y premeditación dispararon y golpearon a los hombres y niños obligándoles a lanzarse al profundo canal de riego, donde muchos, ya heridos, perecieron ahogados. Fruto de esta acción perecieron más de cien personas.
A las ocho de la noche, el Mayor Díaz comunicó a sus superiores que la “orden había sido cumplida a cabalidad”.
El crimen había sido consumado. La Ley de Seguridad Nacional aplicada.
Así mismo se señala que el 21 de octubre los dirigentes y políticos apresados por denunciar que la totalidad de fallecidos no eran los comunicados por el gobierno alrededor de 23, sino que eran más de 120 personas y, que la represión fue tan intensa que la clama no retornó a la Troncal se expandió el malestar social como las protestas más allá del 29 de octubre paralizando las carreteras y el ferrocarril, uniéndose las tres centrales sindicales como la CTE, CEOSL y CEDOC[4].
En la publicación Monopolios y Poder en la Historia del Ecuador[5] señala que “(…) los huelguistas no obedecieron la orden de desalojo. El ministro de Trabajo afirmaba que la masacre había sido consecuencia de la ambición de abogados y líderes sindicales. Medios de comunicación como El Comercio jamás aceptaron comunicaciones de los trabajadores. Se llegó a acusar a los empleados de haber estado borrachos y la policía afirmó haber actuado sin violencia y por defensa propia, deslindándose así de cualquier responsabilidad. Tampoco faltaron voces que acusaron a los trabajadores de haber estado sometidos a la agitación política extranjera dependiente del comunismo internacional. Resulta interesante que no solo se responsabilizó al social–imperialismo soviético, sino también al imperialismo norteamericano. Pese a todo, la represión tuvo eco en otras empresas ecuatorianas, cuyos empleados y trabajadores suspendieron temporalmente su producción en muestra de solidaridad. Los trabajadores de San Carlos y Valdez se declararon en huelga y se enfrentaron a la policía (…)”[6]
- ¿Qué dijo la prensa?
La prensa internacional y nacional cubrieron el hecho y se pronunciaron de manera inmediata. Este es el caso del diario español El País señaló que en el Ecuador se registraron desórdenes por grupo de estudiantes que protestaron por la muerte de “25 trabajadores”[7], aunque cambiaron para atenuar las cifras del número de muertos por falsos números que presentó el gobierno para señalar que si hubo cobertura. El diario francés Le Monde tituló “La matanza de la azucarera de Guayaquil suscita una tempestad política” expresando la importancia del hecho y su rechazo.
La prensa nacional, duramente controlada por el gobierno, tuvo una auto-censura sobre sus expresiones y podemos encontrar en las publicaciones de la época de diario el Comercio y el Mercurio reproducen las versiones desde Gobierno Militar que minimizan los hechos para asentar en la opinión pública que fue sofocado un levantamiento de sedición de trabajadores agrícolas azucareros en contra de los intereses de las grandes empresas que los habían contratado y dado trabajo.
La censura propia del régimen dictatorial mantuvo un cerco mediático e intentó, que su versión sea la única sobre los hechos de la masacre de AZTRA.
- ¿Qué dijo el gobierno?
Manifestaron que el actuar de la policía se dio en el marco del derecho, y que los agitadores son los culpables de los heridos y fallecidos, más no la masa de obreros, además se expuso la cifra de 26 ahogados por lanzarse al rio[8].
Según se señala, el gobierno dictatorial busco construir una verdad mediática que poco efecto tuvo[9]:
“La dictadura, para encubrir su crimen, fabricó una versión -que nadie creyó- con la cual hacía responsables de la masacre a los dirigentes laborales, e inventó un supuesto «plan terrorista internacional». Los cadáveres desaparecieron y según se dice fueron arrojados a los calderos del Ingenio, mientras a otros se los dejó sepultados en el fondo del canal.
Los dirigentes fueron perseguidos y tomados presos, se allanaron sus domicilios. La población de La Troncal, donde la lucha de los zafreros continuaba, fue militarizada. La dictadura desconoció a los legítimos representantes laborales e infiltró a varios agentes de seguridad con el objeto de montar una directiva corrompida que llegó incluso a condecorar a los responsables del asesinato”
Es uno de los tristes capítulos de la historia del país en el que la memoria colectiva rescata, así como ese fatídico noviembre de 1922.
- ¿Qué dijo la ciudadanía?
Los trabajadores de Aztra en asamblea general del 10 de noviembre de 1977 resolvieron iniciar negociaciones con la empresa para encontrar una solución al conflicto colectivo. Para este fin se creó una comisión negociadora precedida por los trabajadores y los obreros, además de los abogados Carlos Cueva, Fausto Serrano, José Bejarano, Víctor Granda, Julio Chacón y Edmundo Mejía[10].
Las tres centrales sindicalistas nacionales: CEDOC-Socialista, CTE y CEOSL expresaron en una declaración pública su posición de rechazo a las acciones represivas del triunvirato como la reivindicación de los derechos de los trabajadores agrícolas azucareros.
En Cuenca se suspendieron los festejos de noviembre y en toda la ciudad se colocaron crespones en señal de luto. En distintos sectores del país se efectuaron manifestaciones estudiantiles y de trabajadores, algunas de las cuales se prolongaron por varias semanas.
Los familiares que reclamaron los cuerpos en Azogues recibieron la información oficial en base a las autopsias realizadas por el doctor legista encargado “Ulluguari” que determinaban las muertes por ahogo y por ataque cardíaco. Las respuestas fueron irónicas y de enojo (…) Esto molesto mucho más al pueblo y fueron a derribar la casa, la gente decía: ya que el doctor ha hecho la autopsia de los cadáveres, nosotros vamos a hacer la autopsia de la casa de él.”[11]
Desde la derecha hasta la izquierda, los dirigentes políticos ecuatorianos condenaron las acciones cruentas registradas en el ingenio Aztra, entre las frases de numerosos militantes de partidos políticos las siguientes:
“Me es muy extraño e inusitado creer que haya ocurrido un suicidio colectivo en el ingenio”. Pedro José Arteta. Partido Liberal.
“Brutal y criminal represión, manifestación de barbarie al que el país no está acostumbrado”. Dr. Gil Barragan Romero. Alianza revolucionaria.
“La responsabilidad de la dictadura en este crimen colectivo cometido a mansalva contra obreros indefensos, lo menos que se puede exigir de inmediato es la separación de los Ministros de Gobierno y de Trabajo”. Dr. Milton Alava. Frente Amplio de Izquierda.
“El pueblo ecuatoriano mira con indignación los sangrientos sucesos”. Dr. Julio Cesar Trujillo. Partido conservador (Disidente).
“La Ley de Seguridad Nacional que fue el arma homicida con la que se acribilló a más de 120 humildes zafreros del Ingenio AZTRA, cuando la policía desalojó a los trabajadores, acusándolos de ser «fuerzas adversas»[12]
- ¿Qué sucedió con la justicia? ¿Se sancionó a los responsables?
Para descubrir a los autores de la masacre, se inicia acciones legales. Y para escarnio de la justicia, tanto en la primera como en la segunda instancia se dictan autos de sobreseimientos definitivos salomónicos, según los cuales todo es un misterio y nadie es culpable, ni siquiera los que por escrito dieron una orden ilegal de desalojo[13].
En medio de la campaña electoral, el binomio Roldós-Hurtado prometió que no habría perdón ni olvido para los responsables de la masacre de Aztra. Cuando asumió el poder, en agosto de 1979, el ofrecimiento fue olvidado. La dictadura no fue fiscalizada, el crimen quedó en la impunidad.
El Congreso, que se reinstaló luego de 9 años ¿de receso, conformó una comisión investigadora que emitió un informe favorable. Pero la función jurisdiccional, controlada por la alianza Concentración de Fuerzas Populares-Partido Conservador-Partido Liberal, aceptó la destitución de dos jueces de la provincia del Cañar.
Algunos jefes policiales fueron ascendidos, los militares que gobernaron en la época ocupan altos puestos en el gobierno, los jueces que absolvieron a los culpables no han sido sancionados. Para los trabajadores…olvido, para las responsables…perdón, ¿hasta cuándo?[14]
El 23 de octubre 2014 luego de un intenso debate y análisis de los hechos ocurridos el 18 de octubre de 1977, en La Troncal, provincia del Cañar, donde se dio lugar a la masacre de obreros del ingenio Aztra, el Pleno de la Asamblea Nacional, con 87 votos resolvió declarar el 18 de octubre de cada año como “Día de la Dignidad del Trabajador Azucarero”.
Los días siguen pasando…amanecerá y veremos.
[1] El ingenio se asienta en la provincia del Cañar, nace en 1963 de la unión de capitales franco-ecuatorianos, pero solo cuatro años después arrancó su primera zafra, con una producción de dos millones de sacos anuales. En aquellos tiempos fue considerado el ingenio más moderno de toda Sudamérica. En la década de los setenta fue estatizado y en 1994 volvió a manos privadas, al ser adquirido por un grupo ecuatoriano. A mediados del 2008, el ingenio fue incautado por el Estado ecuatoriano. Tras tres años de administración estatal y dos subastas, en octubre del 2011 es adquirido por los grupos Gloria (Perú) y Peña y Jarrín (Ecuador), empresarios con experiencia en el ámbito industrial, agrícola, de servicios y de transporte.
Citado en: https://www.coazucar.com/esp/latroncal_historia.html
[2] Véase en Desarrollo Constitucional en Iberoamérica (1975-1980) El Ecuador.
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2123/57.pdf
[3] Véase en Rebelión, Masacre de AZTRA, https://rebelion.org/masacre-de-aztra/.
[4] Véase en El Telégrafo, Aztra: El trágico epílogo de una protesta, https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/193/1/aztra-el-tragico-epilogo-de-una-protesta
[5] Publicación Superintendencia de Control de Mercado
[6] Superintendencia de Control del Poder de Mercado. Historia y Poder en la Historia del Ecuador. Primera Edición. 2015. Quito, Ecuador
[7] Véase en El País, Prosiguen los disturbios en Ecuador, https://elpais.com/diario/1977/10/29/internacional/246927612_850215.html
[8] Véase en Pacarina del Sur, Memorias y representaciones de la matanza de trabajadores de AZTRA 1977, http://pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/241-memorias-y-representaciones-de-la-matanza-de-trabajadores-de-aztra-1977#_edn20
[9] Véase en Rebelión, Masacre de AZTRA, https://rebelion.org/masacre-de-aztra/.
[10] Correa Mejia, Carlos Andres. Patiño Arce, Sandro Emmanuel. Tesis de grado. Universidad de Cuenca. El azúcar se tiñó de sangre. Análisis del papel del Estado en la masacre del 18 de octubre de 1977, en el ingenio azucarero Aztra de La Troncal.
[11] Véase en https://revistas.uniminuto.edu/index.php/Pers/article/view/2065/1847
La imprescriptibilidad de la masacre de Aztra, crimen de lesa humanidad.2019
[12] CEDHU. Derechos del Pueblo. No. 59, Octubre 1990
[13] Véase: http://oswaldoalbornozperalta.blogspot.com/2017/10/hace-40-anos-18-de-octubre-de-1977-en.html
[14] Semanario Punto de Vista Nº 241, 20-10-1986, Quito- Ecuador
Autores: Pedro Martín Páez Bimos y Miguel Toscano
- Causas y antecedentes
La masacre de Aztra, nombre con el que se conoce a un suceso por parte de la dictadura militar de Ecuador de los años 70 de carácter represivo frente a la huelga en las instalaciones del ingenio Azucarero Aztra de la Troncal[1], debido a que los obreros solicitaban el cumplimiento del III Contrato Colectivo firmado entre la empresa y los trabajadores, que estalló el 18 de octubre de 1977 debido a que la policía procedió a desalojar por la fuerza a las personas amotinadas dentro de las instalaciones del Ingenio. Lo que dejó como saldo 24 personas muertas (versión oficial) y varios desaparecidos.
En el ámbito político el Ecuador se encontraba siendo gobernado por un modelo dictatorial militar el cual estaba dirigido por el Consejo Supremo de Gobierno un triunvirato integrado por el Valm. Alfredo Poveda Burbano, el Gral. de Brigada Guillermo Durán Arcentales; y, el Brigadier Gral. Luis Leoro Franco[2]. Es decir, tenía todos los poderes y competencias del Estado, y estuvieron ejerciendo sus políticas dictatoriales durante el año 1977.
Era común, en ese entonces, que la explotación laboral sea la regla, por lo que muchos de los trabajadores de las extensas plantaciones agrícolas vivan con sus familias y realicen todas sus actividades en las propias industrias, sufriendo no solo un tipo de “esclavitud laboral” con rasgos hacendatarios semifeudales.
- ¿Cómo se sucedieron los hechos?
Lo hechos de la masacre de los trabajadores del ingenio azucarero de AZTRA en la Troncal, provincia de Cañar, se dio en la tarde del martes 18 de octubre de 1977 luego que, las diferentes organizaciones sindicales, especialmente la Asociación de Trabajadores Agrícolas (ATA) toman las instalaciones del ingenio Aztra y amparados en el Art. 459 del Código del Trabajo de 1971 mediante una huelga exigen el pago del 20% adicional de las ganancias por el incremento del quintal de azúcar de 220 a 300 sucres, medida adoptada por el gobierno militar que tuvo el beneplácito de los empresarios agrícolas Noboa, Valdez y Ponce Luque.
El Gerente General del ingenio AZTRA, Coronel(r) Jesús Reyes Quintanilla, tomó contacto con las autoridades del Trabajo, la Corporación Financiera Nacional y, el Consejo Supremo de Gobierno quienes dispusieron al Comandante de General de Policía, Alberto Villamarín Ortiz proceder con el desalojo inmediato de los trabajadores en huelga. Sin embargo, a las 5 de la tarde los agentes de la policía que arribaron de Babahoyo al destacamento de las Peñas en la Troncal, compuesto por 100 policías fuertemente armados al mando del Mayor Eduardo Diaz Galarza y Mayor Lenin Cruz quien ya estaba custodiando las instalaciones previamente, que como se señala por fuentes históricas[3]:
“Las fuerzas represivas estaban dispuestas y en seguida se ejecutó la masacre. Un tal Teniente Viteri, megáfono en mano, les concedió dos minutos para que los trabajadores, mujeres y niños abandonen el lugar. El único sitio de escapatoria constituía una pequeña puerta, que bien podría compararse con una puerta de dormitorio…Por ahí debían salir 2000 personas… y en dos minutos. Los trabajadores replicaron con vivas a la huelga y se aprestaron a resistir con sus machetes, pero los policías armados con lanzabombas, metralletas, fusiles, bombas de mano y garrotes, arremetieron brutalmente.
Con alevosía y premeditación dispararon y golpearon a los hombres y niños obligándoles a lanzarse al profundo canal de riego, donde muchos, ya heridos, perecieron ahogados. Fruto de esta acción perecieron más de cien personas.
A las ocho de la noche, el Mayor Díaz comunicó a sus superiores que la “orden había sido cumplida a cabalidad”.
El crimen había sido consumado. La Ley de Seguridad Nacional aplicada.
Así mismo se señala que el 21 de octubre los dirigentes y políticos apresados por denunciar que la totalidad de fallecidos no eran los comunicados por el gobierno alrededor de 23, sino que eran más de 120 personas y, que la represión fue tan intensa que la clama no retornó a la Troncal se expandió el malestar social como las protestas más allá del 29 de octubre paralizando las carreteras y el ferrocarril, uniéndose las tres centrales sindicales como la CTE, CEOSL y CEDOC[4].
En la publicación Monopolios y Poder en la Historia del Ecuador[5] señala que “(…) los huelguistas no obedecieron la orden de desalojo. El ministro de Trabajo afirmaba que la masacre había sido consecuencia de la ambición de abogados y líderes sindicales. Medios de comunicación como El Comercio jamás aceptaron comunicaciones de los trabajadores. Se llegó a acusar a los empleados de haber estado borrachos y la policía afirmó haber actuado sin violencia y por defensa propia, deslindándose así de cualquier responsabilidad. Tampoco faltaron voces que acusaron a los trabajadores de haber estado sometidos a la agitación política extranjera dependiente del comunismo internacional. Resulta interesante que no solo se responsabilizó al social–imperialismo soviético, sino también al imperialismo norteamericano. Pese a todo, la represión tuvo eco en otras empresas ecuatorianas, cuyos empleados y trabajadores suspendieron temporalmente su producción en muestra de solidaridad. Los trabajadores de San Carlos y Valdez se declararon en huelga y se enfrentaron a la policía (…)”[6]
- ¿Qué dijo la prensa?
La prensa internacional y nacional cubrieron el hecho y se pronunciaron de manera inmediata. Este es el caso del diario español El País señaló que en el Ecuador se registraron desórdenes por grupo de estudiantes que protestaron por la muerte de “25 trabajadores”[7], aunque cambiaron para atenuar las cifras del número de muertos por falsos números que presentó el gobierno para señalar que si hubo cobertura. El diario francés Le Monde tituló “La matanza de la azucarera de Guayaquil suscita una tempestad política” expresando la importancia del hecho y su rechazo.
La prensa nacional, duramente controlada por el gobierno, tuvo una auto-censura sobre sus expresiones y podemos encontrar en las publicaciones de la época de diario el Comercio y el Mercurio reproducen las versiones desde Gobierno Militar que minimizan los hechos para asentar en la opinión pública que fue sofocado un levantamiento de sedición de trabajadores agrícolas azucareros en contra de los intereses de las grandes empresas que los habían contratado y dado trabajo.
La censura propia del régimen dictatorial mantuvo un cerco mediático e intentó, que su versión sea la única sobre los hechos de la masacre de AZTRA.
- ¿Qué dijo el gobierno?
Manifestaron que el actuar de la policía se dio en el marco del derecho, y que los agitadores son los culpables de los heridos y fallecidos, más no la masa de obreros, además se expuso la cifra de 26 ahogados por lanzarse al rio[8].
Según se señala, el gobierno dictatorial busco construir una verdad mediática que poco efecto tuvo[9]:
“La dictadura, para encubrir su crimen, fabricó una versión -que nadie creyó- con la cual hacía responsables de la masacre a los dirigentes laborales, e inventó un supuesto «plan terrorista internacional». Los cadáveres desaparecieron y según se dice fueron arrojados a los calderos del Ingenio, mientras a otros se los dejó sepultados en el fondo del canal.
Los dirigentes fueron perseguidos y tomados presos, se allanaron sus domicilios. La población de La Troncal, donde la lucha de los zafreros continuaba, fue militarizada. La dictadura desconoció a los legítimos representantes laborales e infiltró a varios agentes de seguridad con el objeto de montar una directiva corrompida que llegó incluso a condecorar a los responsables del asesinato”
Es uno de los tristes capítulos de la historia del país en el que la memoria colectiva rescata, así como ese fatídico noviembre de 1922.
- ¿Qué dijo la ciudadanía?
Los trabajadores de Aztra en asamblea general del 10 de noviembre de 1977 resolvieron iniciar negociaciones con la empresa para encontrar una solución al conflicto colectivo. Para este fin se creó una comisión negociadora precedida por los trabajadores y los obreros, además de los abogados Carlos Cueva, Fausto Serrano, José Bejarano, Víctor Granda, Julio Chacón y Edmundo Mejía[10].
Las tres centrales sindicalistas nacionales: CEDOC-Socialista, CTE y CEOSL expresaron en una declaración pública su posición de rechazo a las acciones represivas del triunvirato como la reivindicación de los derechos de los trabajadores agrícolas azucareros.
En Cuenca se suspendieron los festejos de noviembre y en toda la ciudad se colocaron crespones en señal de luto. En distintos sectores del país se efectuaron manifestaciones estudiantiles y de trabajadores, algunas de las cuales se prolongaron por varias semanas.
Los familiares que reclamaron los cuerpos en Azogues recibieron la información oficial en base a las autopsias realizadas por el doctor legista encargado “Ulluguari” que determinaban las muertes por ahogo y por ataque cardíaco. Las respuestas fueron irónicas y de enojo (…) Esto molesto mucho más al pueblo y fueron a derribar la casa, la gente decía: ya que el doctor ha hecho la autopsia de los cadáveres, nosotros vamos a hacer la autopsia de la casa de él.”[11]
Desde la derecha hasta la izquierda, los dirigentes políticos ecuatorianos condenaron las acciones cruentas registradas en el ingenio Aztra, entre las frases de numerosos militantes de partidos políticos las siguientes:
“Me es muy extraño e inusitado creer que haya ocurrido un suicidio colectivo en el ingenio”. Pedro José Arteta. Partido Liberal.
“Brutal y criminal represión, manifestación de barbarie al que el país no está acostumbrado”. Dr. Gil Barragan Romero. Alianza revolucionaria.
“La responsabilidad de la dictadura en este crimen colectivo cometido a mansalva contra obreros indefensos, lo menos que se puede exigir de inmediato es la separación de los Ministros de Gobierno y de Trabajo”. Dr. Milton Alava. Frente Amplio de Izquierda.
“El pueblo ecuatoriano mira con indignación los sangrientos sucesos”. Dr. Julio Cesar Trujillo. Partido conservador (Disidente).
“La Ley de Seguridad Nacional que fue el arma homicida con la que se acribilló a más de 120 humildes zafreros del Ingenio AZTRA, cuando la policía desalojó a los trabajadores, acusándolos de ser «fuerzas adversas»[12]
- ¿Qué sucedió con la justicia? ¿Se sancionó a los responsables?
Para descubrir a los autores de la masacre, se inicia acciones legales. Y para escarnio de la justicia, tanto en la primera como en la segunda instancia se dictan autos de sobreseimientos definitivos salomónicos, según los cuales todo es un misterio y nadie es culpable, ni siquiera los que por escrito dieron una orden ilegal de desalojo[13].
En medio de la campaña electoral, el binomio Roldós-Hurtado prometió que no habría perdón ni olvido para los responsables de la masacre de Aztra. Cuando asumió el poder, en agosto de 1979, el ofrecimiento fue olvidado. La dictadura no fue fiscalizada, el crimen quedó en la impunidad.
El Congreso, que se reinstaló luego de 9 años ¿de receso, conformó una comisión investigadora que emitió un informe favorable. Pero la función jurisdiccional, controlada por la alianza Concentración de Fuerzas Populares-Partido Conservador-Partido Liberal, aceptó la destitución de dos jueces de la provincia del Cañar.
Algunos jefes policiales fueron ascendidos, los militares que gobernaron en la época ocupan altos puestos en el gobierno, los jueces que absolvieron a los culpables no han sido sancionados. Para los trabajadores…olvido, para las responsables…perdón, ¿hasta cuándo?[14]
El 23 de octubre 2014 luego de un intenso debate y análisis de los hechos ocurridos el 18 de octubre de 1977, en La Troncal, provincia del Cañar, donde se dio lugar a la masacre de obreros del ingenio Aztra, el Pleno de la Asamblea Nacional, con 87 votos resolvió declarar el 18 de octubre de cada año como “Día de la Dignidad del Trabajador Azucarero”.
Los días siguen pasando…amanecerá y veremos.
[1] El ingenio se asienta en la provincia del Cañar, nace en 1963 de la unión de capitales franco-ecuatorianos, pero solo cuatro años después arrancó su primera zafra, con una producción de dos millones de sacos anuales. En aquellos tiempos fue considerado el ingenio más moderno de toda Sudamérica. En la década de los setenta fue estatizado y en 1994 volvió a manos privadas, al ser adquirido por un grupo ecuatoriano. A mediados del 2008, el ingenio fue incautado por el Estado ecuatoriano. Tras tres años de administración estatal y dos subastas, en octubre del 2011 es adquirido por los grupos Gloria (Perú) y Peña y Jarrín (Ecuador), empresarios con experiencia en el ámbito industrial, agrícola, de servicios y de transporte.
Citado en: https://www.coazucar.com/esp/latroncal_historia.html
[2] Véase en Desarrollo Constitucional en Iberoamérica (1975-1980) El Ecuador.
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2123/57.pdf
[3] Véase en Rebelión, Masacre de AZTRA, https://rebelion.org/masacre-de-aztra/.
[4] Véase en El Telégrafo, Aztra: El trágico epílogo de una protesta, https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/193/1/aztra-el-tragico-epilogo-de-una-protesta
[5] Publicación Superintendencia de Control de Mercado
[6] Superintendencia de Control del Poder de Mercado. Historia y Poder en la Historia del Ecuador. Primera Edición. 2015. Quito, Ecuador
[7] Véase en El País, Prosiguen los disturbios en Ecuador, https://elpais.com/diario/1977/10/29/internacional/246927612_850215.html
[8] Véase en Pacarina del Sur, Memorias y representaciones de la matanza de trabajadores de AZTRA 1977, http://pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/241-memorias-y-representaciones-de-la-matanza-de-trabajadores-de-aztra-1977#_edn20
[9] Véase en Rebelión, Masacre de AZTRA, https://rebelion.org/masacre-de-aztra/.
[10] Correa Mejia, Carlos Andres. Patiño Arce, Sandro Emmanuel. Tesis de grado. Universidad de Cuenca. El azúcar se tiñó de sangre. Análisis del papel del Estado en la masacre del 18 de octubre de 1977, en el ingenio azucarero Aztra de La Troncal.
[11] Véase en https://revistas.uniminuto.edu/index.php/Pers/article/view/2065/1847
La imprescriptibilidad de la masacre de Aztra, crimen de lesa humanidad.2019
[12] CEDHU. Derechos del Pueblo. No. 59, Octubre 1990
[13] Véase: http://oswaldoalbornozperalta.blogspot.com/2017/10/hace-40-anos-18-de-octubre-de-1977-en.html
[14] Semanario Punto de Vista Nº 241, 20-10-1986, Quito- Ecuador