LAICISMO ESPACIO DE LA RAZÓN

TEMA: El Laicismo

Por: Miguel Toscano

Laicismo es una corriente ideológica que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y especialmente la del Estado, de toda influencia religiosa o eclesiástica.

El laicismo, entendiéndose este como la separación entre Estado y religión, es decir, el Estado laico, tiene su origen tras la Revolución francesa del siglo XVIII. Hasta el momento, religión y Estado se encontraban estrechamente ligados.

Cabe indicar a manera de nota al margen que esta relación no era del todo sólida, pero convivían en medio de disputas de para prevalecer la autoridad del poder así hubo monarquías que la sucesión la ejercían hereditariamente sin solicitar anuencia al clero quien a su vez establecía mecanismos de presión para hacer sentir que eran una pieza principal en el engranaje medieval.

Walter Beller Taboada[1] en su texto “Los principios del laicismo y los derechos humanos. Hacia una fundamentación discursiva” menciona con total claridad el laicismo es más astuto y exigente. Consiste en separar bien lo privado de lo público con el fin de afirmar su enunciado cita a Regis Debray de la siguiente manera: Debray toma como ilustración a un estudiante muy católico y tradicionalista, quien debe, siguiendo la Biblia, creer que Dios creó el mundo en seis días, creencia bien arraigada en su familia. Y el caso de una alumna judía, muy piadosa, que no quiere ir a clase el sábado por la mañana por ser el día del Shabat. Y el caso de una estudiante musulmana cuyo hermano no quiere que vaya a la clase de gimnasia donde hay muchachos. Es evidente que, si cada uno de ellos exige su propio calendario, reclama su propio programa de estudios, demanda tener unos profesores, pero no otros, no habría manera de organizar la programación de los cursos. En otra escala mayor, la cuestión es cómo construir y mantener un espacio social donde todos y todas quepan, con sus creencias y puntos de vista, sin que ninguno se sienta ultrajado o violentado.

La república responde a ello distinguiendo lo que es de todos, lo público, y lo que es de varios, lo comunitario. ¿Qué es de todos? Las cosas seguras, comprobables, demostrables, que nadie está en condiciones de rechazar. Digamos, los conocimientos científicos, la razón. ¿Qué es de varios? Las convicciones, las opiniones, las creencias. La ley de atracción universal o la doble espiral del ADN valen para todos los hombres; “Cristo es el hijo de Dios” sólo vale para una parte de ellos. Así pues, para que la ciudad, o la escuela, siga siendo una, nos limitamos a lo que es común a todas las comunidades. La escuela de la república sólo enseñará lo conocible, o lo que cualquiera puede comprender (Debray, R., (2000). El civismo explicado a mi hija).

Como señala Debray, el Estado no es competente en materia religiosa, así como la Iglesia no es competente en materia política. Por eso en Francia el presidente no jura sobre la Biblia, como en Estados Unidos, porque los ciudadanos de otras confesiones o sin confesión, no consideran el Pentateuco[2] como la verdad revelada. En cambio, el presidente puede comulgar en misa, a título privado, o leer la Biblia en familia. En sus funciones puede referirse a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que se refiere a todos los hombres y a todas las mujeres sin excepción, creyentes o no. Nadie tendría entonces motivos para sentirse discriminado (Debray, 2000: 61).

La palabra laico tiene su origen en la voz de origen griego Laos (pueblo). Se dice “laica” a la persona que pertenece al pueblo y que, por lo tanto, no pertenece al clero. La división pueblo/clero se dio en la antigüedad medieval cuando los ministros del culto eran también dirigentes del Estado. La modernidad trajo consigo la idea de que el Estado no debe se confesional sino laico. Por otro lado, conviene aclarar que laicismo no significa ausencia de toda ética o de toda moral. Se puede hablar de una ética laica, inclusive de una ética civil (diferente a la ética confesional), la cual postula una particular instancia normativa (axiológica) de la vida ciudadana al margen de algún credo religioso. Como la vida social es plural, se hace necesario consensuar una ética relativa a los mínimos éticos que oriente la vida y la convivencia sociales.

El laicismo, visto en perspectiva, con los elementos de tolerancia y respeto a las diferencias, apela a la racionalidad de la persona humana, a su conciencia, con el objetivo de permitir una dialéctica e intercambio constructivo. Busca dar fuerza en el uso de la razón a la libertad, al desarrollo personal y con él, al mundo que vive en cada uno. El laicismo es flexibilidad y respeto ante lo diferente, como lo señala la famosa frase atribuida a Voltaire, es la posibilidad de una sana expresión de la individualidad y del juego dinámico de pensar y ser diferente, por el que vale la pena sostener esta perspectiva.

Para centrarnos en Ecuador Ayala Mora señala que laicismo en el Ecuador existen no solo unívocas acepciones del término, sino también diversas realidades, Quizá la más conocida es la que lo identifica con la reforma liberal (1895) que eliminó la influencia de la Iglesia Católica en la educación oficial. El laicismo es, para muchos, la educación laica, Para otros, la cuestión es más amplia, puesto que conciben al laicismo como un fenómeno que ha englobado a todo el Estado. En realidad, la separación Iglesia-Estado que se produjo con el liberalismo no solo tuvo influencia en la educación, sino que afectó a toda la estructura estatal. El laicismo es, pues, apreciado desde este punto de vista, como uno de los caracteres básicos del Estado ecuatoriano. Pero, en realidad, es todavía algo más, ya que su impronta marcó profundamente a la sociedad toda, mucho más allá de los límites del poder y las fronteras de la política.

Para 1830 Ecuador se declaró principio oficial el origen divino de la autoridad y el Ecuador se autodefinió como un Estado confesional y excluyente en el que la Iglesia era una institución de derecho público, fuertemente inserta en la trama estatal. » En nombre de Dios, autor y legislador de la sociedad», el Ecuador declaró: «La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la religión del Estado, cumpliendo tareas como la dirección de varias instituciones de educación y cultura; control de y registro de nacimientos defunciones; regulación del matrimonio, de su celebración, de la calidad de los hijos y sus consecuencias patrimoniales; manejo de la beneficencia y de las organizaciones piadosas que agrupaban a la población para funciones religiosas y de beneficio mutual o gremial como ejemplo la Cofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de Jesús de carpinteros, ebanistas, sastres y barrenderos del barrio de San Marcos en Quito.

Cabe señalar que García Moreno se esmeró por reforzar la interrelación Iglesia-Estado. Decía que la religión católica era «el único vínculo que nos queda en un país tan dividido por los intereses y las pasiones de partidos, de localidades y de razas”. Por ello, al negociar un concordato con el Vaticano renunció al ejercicio unilateral del patronato y reforzó el monopolio clerical de la educación, la censura y el control ideológico. Esta tendencia, que negaba el principio de la soberanía popular y reforzaba el predominio del derecho divino de la autoridad, se expresó en la constitución autoritaria que García Moreno impuso, la «Carta que establecía, entre Negra”, otros requisitos, el de ser católico para ser ciudadano.

El liberalismo tomó la bandera de la modernidad y el progreso, con argumentos de liberales católicos europeos como Dupanloup, Ozanám y Montalambert. La jerarquía defendió la exclusión de otros cultos y la censura en nombre de la unidad religiosa, atrincherada en el tradicionalismo católico, cuyas tesis también se habían enunciado en Europa, alrededor de una corte vaticana crecientemente conservadora. La jerarquía católica lanzó una fuerte campaña ante sus fieles, caracterizando al liberalismo con rasgos extremos. Decía una carta pastoral: Hoy el liberalismo es el error capital de las inteligencias y la pasión dominante de nuestro siglo; forma él una como atmósfera infecta que envuelve dondequiera el mundo político y religioso, y es el peligro supremo de la sociedad y del individuo. Enemigo gratuito, injusto y cruel de la Iglesia católica, hacina en loco desvarío todos los elementos de su destrucción y muerte para proscribirla de la tierra; falsea las ideas, corrompe los juicios, adultera las conciencias, enerva los caracteres, enciende las pasiones, avasalla a los gobernantes, subleva a los gobernados; y no contento con extinguir, inconsciente e infatigable anda, como león rugiente, alrededor de todos los pueblos y naciones buscando a quien devorar.

Al triunfo de la revolución liberal se da a mi entender una loable contradicción vista a los ojos de nuestros tiempos Alfaro pide al pastor metodista Thomas Wood, quien era Superintendente de la Iglesia Metodista del Perú y fundador del Callao High School, la provisión de profesores para las escuelas normales que iban a ser inauguradas.

Aquí me permito relatar la manera como se asentó unas de las expresiones del laicismo en nuestro país como es la educación laica, les solicito su anuencia y paciencia, voy hacer corto pero será apasionante descubrir esta parte de la historia.

Para 1900 llegan a Ecuador, procedentes de Chile los maestros metodistas Rev. Henry Williams, la Srta. Alice Fisher y la Srta. Rosita Kingsman. Estos declaran encontrar una coincidencia ideológica entre el protestantismo y el Gobierno Liberal.

El 14 de febrero de 1901, en Ecuador, se inauguran las escuelas normales Juan Montalvo y Manuela Cañizares. Guillermo Robinson y Henry Williams son nombrados director y subdirector de la escuela normal Juan Montalvo. Alicia Fisher y Rosita Kingsman son a su vez nombradas directora y subdirectora de la escuela normal Manuela Cañizares.

El pastor metodista Harry Compton y su esposa son nombrados directores de la escuela normal de varones de Cuenca y Merritt Harris trabaja como profesor.

Permítame otra nota al margen: En 1901 el 17 de Setiembre, el pastor Zoilo Eloy Irigoyen deja el pastorado de la Iglesia Metodista Episcopal del Callao, para ir a su país natal de Ecuador a enrolarse en las filas de la Revolución Liberal de Eloy Alfaro. Es bueno tomar nota que Eloy Alfaro hizo una invitación personal a Irigoyen para enrolarse a la Revolución Liberal. Es muy probable que el Rvdo. Thomas Wood lo haya recomendado.

Para 1905, en Ecuador, se gradúan los primeros cinco maestros de la escuela normal Juan Montalvo y siete maestras de la escuela normal Manuela Cañizares.

La labor de estos misioneros metodistas se empezó a ver al poco tiempo, cuando el Ministro de Educación del Gobierno Liberal daba el siguiente informe al Congreso en el año 1906: “Os diré algo de los Institutos Normales. Estos establecimientos de reciente instalación entre nosotros y que fueran tan desprestigiados y objeto de tan ruda oposición por parte de quienes sólo viven del pasado y de todo un séquito de rancias preocupaciones, van respondiendo con creces a los afanes y desvelos que el Gobierno ha puesto en ellos. Y tal resultado es tanto o más consolador, cuanto que, es la mujer ecuatoriana la que más prontos beneficios ha recibido de tan salvadora institución. Del Instituto Normal de Señoritas dirigido por profesores americanos, ha salido ya una pléyade de normalistas que han ido a difundir la enseñanza moderna en Tulcán, Loja y Guano, y que en breve irán a todas las provincias, de donde las solicitan con insistencia”.

El laicismo, iniciado en 1906, implicó la reforma de los programas educativos, eliminación del control del clero sobre la prensa, la producción intelectual, el matrimonio y los tributos. Y ello consagró la libertad de conciencia, libertad de pensamiento (palabra y prensa), libertad de reunión y asociación, un Estado humanista interesado en fomentar la cultura democrática liberal y la libertad de religión, aunque hasta nuestros días la igualdad religiosa no se expresa en el Estado. La Constitución de 1897 introduce la práctica de otras religiones siempre y cuando no atente a la moral; sólo con la promulgación de la Ley de Cultos de 1904 y la Constitución de 1906 se oficializó la separación de la Iglesia Católica y el Estado, así la Iglesia perdió su condición de persona jurídica de derecho público y de religión oficial del país, sin perder los privilegios estipulados en el Concordato.

La libertad es el punto de encuentro entre el protestantismo y el liberalismo. El protestantismo, esbozado en su principio o ethos, plantea la libertad cristiana, la libertad del creyente (persona) en Cristo; mientras que para el liberalismo la libertad es del individuo y su progreso; y como el protestantismo tenía origen en los países anglosajones, los liberales ecuatorianos veían en él como facilitador de la modernidad y el cambio.

Ahora en día esta condición de libertad está siendo minada con el surgimiento planificado de organizaciones con liderazgos nacionales de fundamentalismos religiosos los cuales están interesados en socavar las bases del laicismo su expresión en el ejercicio pleno de los derechos con acciones veladas como desmontar el Estado a través del desprestigio de los órganos estatales y sus instituciones, para este contubernio existe una alianza con estos sectores fanáticos y proselitistas religiosos.

La esencia de la libertad, de la igualdad y la fraternidad están en sostener la vigencia del laicismo expresadas en la defensa de los derechos humanos, de la naturaleza con acciones ciertas y reales de defender el principio de un Estado Laico y por ende soberano.

Bibliografía

  • Guamán Gualli, Julián. Protestantismo en el Ecuador. Quito, 2010
  • Ayala Mora, Enrique. El laicismo en la historia del Ecuador. Revista Procesos, Revista Ecuatoriana de Historia. No 8, 1996
  • Beller Taboada, Walter. Los principios del laicismo y los derechos humanos. Hacia una fundamentación discursiva. Revista Reencuentro, 2015. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco Distrito Federal, México
  • Irigoyen, Zoilo Eloy. De colportor de biblias a caudillo revolucionario https://www.bu.edu/missiology/2020/03/20/irigoyen-zoilo-eloy/
  • Quezada Pavón, Antonio. La primera revolución. 5 de junio de 2014. Diario El Telégrafo. https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/la-primera-revolucion

[1] Profesor–investigador perteneciente al Departamento de Educación y Comunicación de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco.

[2] El Pentateuco (del griego πέντε [pénte], ‘cinco’, y τεύχος [téukhos], ‘rollo’, ‘estuche’; es decir, «cinco rollos» Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio

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